Un juego sin hits de ni carreras o perfecto, es emocionante en el béisbol lo mismo que ponchar a un bateador del calibre de Alex Rodríguez, David Ortiz o Vladimir Guerrero con las bases llenas y la carrera del triunfo en la tercera base, pero el jonrón en cualquier parte del juego enciende increíblemente al fanático y motiva aplausos y diferentes tipo de exclamaciones.

La campaña dominante de Bob Gibson con los Cardenales de San Luis, en el 1968, provocó que las Grandes Ligas revisara las reglas en lo referente a la zona de strikes y rebajara el montículo, para dar más oportunidad a los bateadores de tener mejor desempeño al consumir sus turnos.

Ese gran lanzador en las mayores, en la República Dominicana tuvo una “desastrosa” actuación con los Tigres del Licey en campaña 1958-59 con marca de 2-6 y 5.00 efectividad.

La temporada de 1968 fue un año excepcional para Gibson, ganó 22 juegos y perdió nueve, con 268 ponches, 13 blanqueadas, 28 juegos completos de 34 que inició con una efectividad de 1.12 y una racha sin permitir carreras limpias que inició el 2 de junio y concluyó el 12 de julio, en la que enfrentó a 261 bateadores.

Esa temporada, 1968, fue declarada como “El Año del Picheo”, ya que hubo otros lanzadores como Denny McLain, con los Tigres de Detroit, que tuvo marca de 31-6, efectividad de 1.96, con 280 ponches y el cubano Luis Tiant con los Indios de Cleveland, 21-9, 1.60 de efectividad y 264 ponchados, que acumularon números impresionantes, siendo McLain nombrado como Jugador Más Valioso de la Liga Americana en esa campaña.

Las disposiciones de MLB cambió el juego de manera radical debido a que fue reducida la zona de strike, que era del hombro hasta las rodillas, para que se aplicara desde las axilas hasta las rodillas, haciéndola algunos centímetros más chica y que hubiese una reducción substancial en la altura del montículo de 38.1 centímetros a 25.4.

Esas disposiciones no afectaron la actuación de Gibson, quien en los años siguientes fue nombrado a tres Juegos de Estrellas y terminó su carrera con 251 victorias y 3,117 ponches, con una efectividad de 2.91 después de 17 años en las Grandes Ligas, que concluyeron con un nicho en el Salón de la Fama de Cooperstown.

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